martes, 27 de diciembre de 2016

Una novela rusa



No imagino peor suerte que cruzarte en algún momento, o peor todavía ser conocido o vecino o compañero de clase o de butaca o de cola del cajero, de Carrère. Hará de tus miserias algo apasionante y lo expondrá al público sin tapujos.

Más razones para que resulte más bien odioso: Tiene una tendencia casi clínica al exhibicionismo, es más narciso que CR7 y aprovecha sus libros para ajustar cuentas ante miles de extraños con su madre y con su ex. Otra más, usa cualquier excusa - un viaje periodístico a la Rusia profunda en este caso - para hablar de sus neuras.

Dicho todo esto, es de lejos a día de hoy mi escritor favorito. Un ser supremo. Devoro cualquier cosa que escriba (aunque creo que Limonov y De Vidas Ajenas están por encima de la novela rusa). Bigote, acabarás cayendo. Y lo sabes.


martes, 20 de diciembre de 2016

Hombre vs asfalto

Tuve la fortuna de recoger este libro - ¡dedicado!-  de manos del autor. Años llevaba sin leer novela gráfica - de hecho creo que me quedé en la archipremiada Maus - pero Duce la ha clavado y su libro se lee de un tirón. Un libro de aventuras, de las cuales la mayor - en mi opinión - es haber tenido los bemoles de plasmar todas en este primoroso artefacto. Me encanta la cándidez ilimitada con la que el trío (más) protagonista salta de un embolado a otro más gordo sin despeinarse. Un tratado de cómo mantener la ilusión cuando ya no eres un chaval. En el fondo, un homenaje sincero al compañerismo y la amistad.



Bueno, y también esta lo de correr. Yo casi estoy convencido de volver....bueno no. Eso sí, me recuerda que tengo en la lista de pendientes Correr de Echenoz, que Boyero pone por las nubes, y al que tengo en el radar desde que disfruté un montón con Me voy.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Anatomía de la transición

Otro título que he sacado de la lista de los mejores libros en español de los últimos 25 años de Babelia.

Tiene mucho mérito escribir una novela-ensayo de algo tan trilladamente instalado en el inconsciente colectivo. A mí me llevó a pasar por dos fases, una primera en la que me aburrí algo mientras mascullaba que el tema estaba más que visto y me convencía además de que esto era historia antigua en absoluto relevante ya, y una segunda en la que tuve que reconocer que no tenía ni puñetera idea del periodo histórico y los personajes y en la que me abandoné placenteramente a las distintas teorías que se despliegan. Especialmente interesante la narración de las dos veces que los caminos de Gutierrez Mellado y Carrillo se cruzaron, y como el general pasa de una esquina de la historia a la otra.


También son de interés las reflexiones sobre la Transición, y de cómo hay espacio para el gris entre la visión idílica de un proceso sacrosanto y ejemplar y la pataleta generacional de unos padres que lo hicieron todo mal.

En fin. Vale la pena pero tienes que tener algo de interés previo por el tema.

Me apunto en la lista curiosear algún libro sobre Armada, el único personaje de toda la trama por el que Javier Cercas no muestra nada de cariño.

martes, 6 de diciembre de 2016

El día del Watusi

Me había resistido hasta la fecha, pero su aparición en una reciente lista de Babelia me ha animado a atreverme con las casi 900 páginas de la trilogía.

El primer libro es trepidante, y cuenta las andanzas de dos adolescentes muy marginales empujados a investigar un asesinato en la Barcelona de los 70. Te vienen a la cabeza el cine quinqui de Eloy de la Iglesia - Casavella fue guionista de Antártida, una peli bastante Eloy.

El segundo libro continúa la historia de uno de los adolescentes, que de la noche a la mañana llega hasta la cúpula de un partido político recién creado en los años de la transición. Este libro es divertidísimo - literalmente me rio a carcajadas a ratos -  y algún túnel en mi cabeza - la pista barcelonesa quizás -  lo conecta con la "La Ciudad de los Prodigios".

En el tercer libro -  que ya trascurre en la Barcelona olímpica - se resuelven varias de las Grandes Cuestiones pendientes. En mi opinión es el más prescindible. Pero me he sorprendido rescatando - con gusto - canciones que no escuchaba en décadas.

Leeré más cosas de Casavella seguro.

Aquí una más que interesante reflexión de Alberto Olmos sobre el fenómeno Casavella.