sábado, 12 de septiembre de 2020

Libros de verano ( en la España vaciada)

 

A espía y traidor no me pude resistir. Me había encantado un espía entre nosotros, al que llegué por una crítica super elogiosa de Muñoz Molina, y la época de la guerra fría me atrae como un imán. Kim Philby aparece también en Espía y Traidor, "disfrutando" de sus últimos años como eminencia dando clases magistrales a la KGB.

Mandíbula me la recomendó A. Me esforcé para que me gustase más, pero la leí un poco sin pena ni gloria. Está bien construida, da el miedo necesario - sobre todo de los adolescentes, esa especie tan rara - y es oscura a espuertas. 

El beso de la mujer araña sale también en la lista de recomendaciones confinadas de Alberto Olmos. Buenísimo. Mención especial para el argumento de las películas que cuenta Molina (al parecer, algunas de ellas son películas reales).




Vladimir y todos los demás

Las memorias de Nabokov las recomendaba Sergio del Molino y son muy geniales. Asusta la lúcidez, la memoria de elefante y la capacidad de percibir la realidad que tenía desde que era un niño de 2 años. El capítulo primero empieza así y la locomotora ya no se detiene. 

"...nuestra existencia no es más que una breve rendija de luz entre dos eternidades de tinieblas. Aunque ámbas son gemelas idénticas, el hombre, por lo general, contempla el abismo prenatal con más calma que aquel otro hacia el que se dirige..."

El coleccionista fue la primera recomendación de libros de reclusión de Alberto Olmos. El libro que inventó el género de asesinos en serie, dicen. Más que eso es un enfrentamiento a muerte entre un don nadie - trastornado - al que de repente le toca la lotería y una chica que lo ha tenido todo en la vida. Buenísimo.

El último premio Pulitzer ha tenido publicidad a malsalva. Lo compré para celebrar mi visita al buscón después de mil meses. Allí también me han recomendado su anterior novela. (Dos pulitzer en 4 años deber ser un nuevo récord)