sábado, 28 de marzo de 2020

Padres e hijos

Mirando por el retrovisor he visto que bastantes de las historias que he leído devorado en los últimos tiempos van de la relación con los hijos. O eso me ha parecido a mí. O estoy en esa edad.

Una Odisea es un libro que de principio es bastante improbable que llame la atención - a no ser que lo recomiende Alberto Olmos.  Académico, algo redicho, plagado de referencias cultas, con un autor de nombre y foto de solapa que invita al bostezo. Pero ahí está. La relación entre un hijo y su padre diseccionada sobre la mesa. Con sus asuntos pendientes, sus secretos y sus conversaciones pospuestas que nadie en realidad quiere tener hasta que el final esta cerca. Logra también que te interesen las peripecias de Odiseo. Pocas bromas. Éste fue el último libro que me leí en el autobus 70, hace mil años.









A El corazón de Inglaterra no lo tenía en el radar, a pesar de que me he leído ( y disfrutado como un gorrino) todo lo que ha escrito Coe y se me echó encima en una inesperada visita a una librería en el sitio más inesperado y solitario de la ciudad. Reconforta volver a encontrarse con Ben Trotter y su pandilla, en medio del follón del Brexit. La parte política me interesa bastante menos que las peripecias humanas de este grupo de cincuentones y, como últimamente, se me escapa la mirada a la turbulenta relación de Doug y Charlie con sus hijas adolescentes y a la de Ben con su padre. Atentos

"- ... ¿cómo lo planteaba Philip Larkin?
- Pues resulta que si vives hasta los setenta, cada década es como un día de la semana.
-  ...
-  Y ahora que somos cincuentones, ¿sabes en qué día de la semana estamos? Estamos a última hora de la tarde del sábado."