domingo, 23 de enero de 2022

Algo bueno de ómicron

La cuarentena me impidió cumplir mi deber sagrado de devolver los libros a tiempo. Gracias a eso pasé del primer capitulo de Lo que queda de luz. Qué golpe de suerte. Las historia de las dos amigas y los dos amigos que se cruzan y se descruzan es buenísima. Y deja imágenes que perduran, como la triquiñuela que usa Lydia para que Christine la escuche, esperando para entrar con el concierto casi empezado y sabiendo que su amiga jamás tendría la descortesía de hacer levantar una fila de gente a esas alturas del espectáculo sin importar lo que le hayan hecho. Curiosamente los cuatro amigos se van de viaje a Venecia, igual que el , ya a esas alturas del libro crepuscular, editor protagonista de Todo lo que hay, con su último amor. Venecia, Italia en general, como una especie de destino utópico donde todo funciona a las mil maravillas mientras permaneces en él, cuando vuelves la realidad lo aplasta todo otra vez. De Salter me encantó Años luz, y tenía otro en la lista, pero la bibilio manda. Me ha gustado, sobre todo teniendo en cuenta que Salter tenía 88 años cuando la escribió, este estudio sobre las relaciones de pareja y con, muucho más del esperado, sexo.

La verdad sobre el caso Savolta estaba en mi lista hace tiempo. Es un fijo en las mejores novelas españolas del siglo XX. Muy moderno en su tiempo, con una estructura de saltos en el tiempo, cambio de narrador y entreverando transcripciones de interrogatorios, con cartas, diálogos y mas saltos en el tiempo. Es un artefacto perfectamente construido que además te mantiene pegado a las páginas. Además Eduardo Mendoza me cae bien. Nada más que añadir