sábado, 29 de junio de 2024

Maqroll

Stevenson, London, Melville, Mutis. Con este volúmen ya sólo me quedan Amirbar y Tríptico de Mar y Tierra para terminar la serie de Maqroll el Gaviero y Abdul Bashur. Los voy a reservar, porque la escritura de Mutis es cosa seria. Maqroll es un culo inquieto al que mueve la esperanza del siguiente viaje, la posibilidad de morir con algo de gloria. (Hace ahora casi un añito que empecé con la serie )




















En el mostrador de préstamo habían montado una selección de libros de Sandor Marai (no recuerdo la efeméride). Pero me había gustado mucho sus Diarios, y el último encuentro. Tierra, tierra - en referencia al grito de la tripulación de Colón al divisar costa - es una maravilla. La descripción del ocupante soviético, el miedo total a diluirse y convertirse en un número, la descripción genial de las categorías de personas que se subieron al barco de la causa comunista: "La mayoría (..) era ese tipo de intelectual neurótico que teme más que nada el peligro de quedarse a solas con su neurosis en medio de la tormenta del Gran Cambio".



domingo, 9 de junio de 2024

Lecturas breves

 Un par de libros delgaditos, ideales para no dejarse las cervicales en el autobús. Sobre el papel. Al final los empecé el fin de  semana en el sofá con el café mañanero y no pude parar. Vuelta a cargar con el tocho de Álvaro Mutis el lunes.

De Millás solo había leído un volúmen de cuentos en bolsillo que sacó Anagrama. Desde la Sombra es muy entretenido. Hace que funcione una trama que tenía todas las de perder, y las partes más surrealistas - la participación del protagonista en programas de entrevistas imaginarios - son geniales. Suspiras cuando el protagonista acaba bien.











El libro de Mario Calabresi estaba en novedades, y es irresistible. Más allá de la lectura política y la trasposición a escenarios parecidos más locales, la historia de una familia, a la que dejan sin padre, y cómo tiran para delante se sigue sin pestañear. Supongo que habrá también libros contando la historia de la muerte de Pino Pinelli, y como su familia tuvo que seguir viviendo, pero es interesante el punto de vista de Mario, que niega que estos dos hechos se tenga que ver como uno solo. Dos desgracias, dos injusticias, sin relación directa en realidad ni ningún punto en común. El transfondo de los años de plomo de la política italiana es la pera. Yo no tenía recuerdo de que hasta bien entrado el siglo fue tan convulsa.